Desde Mujeres a la Cumbre queremos hacer visible a distintas «mujeres con historia», pioneras en el montañismo, que lograron ascensos increíbles y que rompieron con patrones sociales para hacer lo que ellas deseaban, lo que realmente les gustaba y las apasionaba.
Sus historias y acciones nos motivan a conseguir nuestros propios sueños. Hoy presentamos a Lucy Walker (1836–1916).
Ella fue una montañista británica y la primera mujer en alcanzar la cima del Eiger en los Alpes en 1864. Justo ocurrió en un momento en que los médicos les dijeron a las mujeres que evitaran el ejercicio extenuante para proteger sus partes femeninas.
Walker comenzó sus ascensiones de manera bastante modesta, en 1858, cuando le aconsejaron caminar para así curar el reumatismo. Acompañada por su padre Frank Walker y su hermano Horace Walker y el guía del Oberland Melchior Anderegg, se convirtió en la primera mujer que escaló de manera regular en los Alpes.
Entre sus primeros éxitos estuvieron el primer ascenso al Balmhorn (1864), y el primer ascenso femenino del Wetterhorn (1866), Liskamm (1868) y Piz Bernina (1869).
En 1871 supo que su rival Meta Brevoort estaba planeando una expedición para subir el Cervino lo que la motivó a reunir un grupo y el 22 de agosto, vistiendo un vestido blanco, se convirtió en la primera mujer que se alzó sobre el Cervino, y con ello obtuvo renombre mundial.
En aquel año, también acabó su cuarto ascenso del Eiger durante el cual se dice que vivió con una dieta de bizcocho, champaña y vino Asti Spumante.
Lucy Walker completó un total de 98 expediciones. En 1909 se convirtió en miembro del recientemente formado Ladies’ Alpine Club («Club Alpino de Damas») donde fue aclamada como la pionera de las montañistas. En 1913 fue elegida su segunda Presidente, cargo que desempeñó hasta 1915.
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