Desde Mujeres a la Cumbre queremos hacer visible a distintas «mujeres con historia», pioneras en el montañismo, que lograron ascensos increíbles y que rompieron con patrones sociales para hacer lo que ellas deseaban, lo que realmente les gustaba y las apasionaba.
Sus historias y acciones nos motivan a conseguir nuestros propios sueños. Hoy presentamos a Marie Paradis (1778 – 1839).
Ella fue la primera mujer que subió al Mont Blanc, el 14 de julio de 1808, y es considerada como la primera mujer alpinista de la historia.
Marie nació en el siglo XVIII, en Chamonix, en tiempos difíciles tanto para el ocio como para las aficiones o distracciones. Como habitante del pueblo de los Alpes Franceses, seguramente ella consideraba a la montaña como su propia vida.
Fue reclutada a los 30 años para formar parte de la expedición que le llevaría a la cima de la montaña más alta de los Alpes con 4.810 metros, un clásico que todo alpinista quiere hacer. Tuvo cansancio y se esforzó mucho pero su fuerza mental le llevó a superar todos los obstáculos.
Ella luchó por ser la primera y seguramente por romper con los tabúes de la época; gracias a sus compañeros pudo lograr el objetivo que la hizo pasar a la historia. Pero en su momento, su origen humilde no la ayudó a ser reconocida en su hazaña sino hasta años más tarde, es decir, en la época reciente.
A quien se le asignó el mérito fue a la alpinista Henriette D’Angevilles, de origen noble y francés. Sucedió en 1.838, tres décadas más tarde de haberlo conseguido Paradis. Vale aclarar que el dato es citado sin quitarle mérito a la D’Angevilles sino más bien para no olvidar los hechos.
Marie se aficionó a la montaña y su amor por ella la llevó a ser la primera mujer valiente y atrevida que tomó el mayor compromiso en la escalada en un mundo completamente de hombres.
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